Lo que quieres no importa. Lo que no quieres manda.
¿Te gustaría tener éxito? ¡Claro!, me contestarías. Ahora déjame preguntarte lo mismo de otra forma: ¿Te gustaría levantarte a las 6 para trabajar y terminar a 1 de la madrugada? ¿Te gustaría llevar la presión de ser el jefe de un negocio que mueve grandes cantidades de dinero y emplea muchas personas? Hmm. Lo empiezas…